Uno de los recursos más útiles para mí a la hora de hablar en público es poder acceder a diferentes estados.
Estado se refiere no solo a la emoción que sientes sino, también, a cómo está tu cuerpo cuando siente esa emoción (tu cuerpo está “saltarín” cuando está divertido y, en cambio, pesado e inclinado hacia adelante cuando está enfadado, por ejemplo) y también se refiere al tipo de pensamientos que llegan a tu mente cuando albergas diferentes emociones (que, obviamente, puedes provocar a voluntad)
¿Porqué es tan útil la presencia para comunicar?
- Porque si estás en el momento presente no puedes estar dentro de tus miedos, por ejemplo, acerca de cómo te va a salir una presentación.
- Desde ahí, fijamos una intención para el proceso y para la sesión. Esa intención la acotamos a algún contexto de tu vida
- Porque estar presente te permite acceder a todos tus recursos, ser creativo, fluir.
- Porque no estar presente se nota. Se nota siempre (consciente o inconscientemente). Hay un retraso en tus reacciones, en tus gestos, en tus respuestas que le indican a los que te escuchan que te has ido mentalmente a otro sitio. Y, a estas alturas ya sabes que así como tú te sientas harás que se sienta tu audiencia: si tú te vas mentalmente ellos también lo harán.
¿Qué tipo de presencia es la más recomendable para comunicar?
Cuando hago mis sesiones de coaching practico una presencia en la que me conecto con lo que pasa dentro de mí y, desde ahí, me abro al otro de forma que me mantengo igualmente conectada conmigo y con el otro. Estoy en un lugar central entre ambos.
Sin embargo, para hablar en público creo que resulta más útil estar en un lugar más alejado de mi, menos pendiente de lo que pasa de mi porque yo dejo de ser importante, la audiencia y mi mensaje son lo importante, yo soy solo el canal a través del cual fluye el mensaje. Necesito estar pendiente de las reacciones de la audiencia para reajustar mi mensaje, hacer un traje a medida a lo que está pasando en cada momento y eso requiere que preste más atención a lo que pasa fuera de mí que a lo que pasa dentro de mí.
La atención se entrena, igual que los músculos. Tú también puedes hacerlo
¿Cómo puedo entrenar mi atención para estar fuera de mí?
Lo que conecta nuestro cerebro con el exterior son los cinco sentidos. Ellos nos permiten recabar información del exterior y ellos van a ser clave para conseguir esa presencia.
Por lo tanto, para estar en esa presencia más enfocada en lo exterior puedes enfocar tu atención en lo que ves, con todos los matices de formas y colores, prestando atención también a lo que ves con tu vista periférica. De la misma forma puedes hacer con lo que oyes, prestando mucha atención a todos los diferentes sonidos y a cómo de lejos eres capaz de detectar sonidos. Igualmente con tu cuerpo: a través de la piel puedes recabar información de la temperatura y humedad del aire, si hace viento, si hace sol…
Y, cuando estés muy atento a lo que pasa fuera entonces si: cierra un momento los ojos y date cuenta de qué sensaciones tiene tu cuerpo cuando estás con los cinco sentidos abiertos. Graba esa sensación para reacceder a ella cada vez que vayas a comunicar.
La repetición es la clave del aprendizaje así que no te aconsejo que accedas a esa sensación solamente cuando vayas a hablar en público sino cada día, de forma que sea fácil y rápido acceder a ese estado de presencia para comunicar.
Practica y comparte cómo te ha ido este ejercicio, cuáles han sido tus sensaciones, qué es fácil, qué es difícil para ti. Estaré encantada de leerte.