Conectar al hablar en público
Hay un compendio de técnicas de hablar en público, la mayoría de ellas muy útiles e interesantes. Sin embargo, conocerlas no te “vacunará” contra la sensación que experimentes al verte delante de una audiencia mirándote.
La sensación que experimentamos al sentirnos expuestos suele despertar nuestras inseguridades más profundas: ¿notarán mi celulitis? ¿se me marcarán las arrugas? ¿se darán cuenta de que me faltan conocimientos de geografía, historia o economía? ¿les rechinará mi voz?
Ante semejante ametralladora de dudas sobre ti mismo ¿qué hace el cuerpo?
Se retrae, se cierra, precisamente para que todos esos “defectos” sean menos visibles
¿Y tu voz? ¿Qué hace tu voz?
Pues lo mismo, disminuye su volumen, su proyección y su resonancia con la esperanza inconsciente de así molestar menos e intentar pasar desapercibido. Eso siempre será mejor que fracasar ¿no?
NO, ROTUNDAMENTE NO
Tu audiencia quiere verte, conocerte tal y como eres, escucharte. Quiere ver tu cuerpo abierto, vibrar con tu voz y conocer tu esencia.
Y cuanto menos se la muestres menos interesante les resultarás.
Así, no queda otra que reconocer que tu inconsciente te está jugando una mala pasada y que debes hacer exactamente lo contrario de lo que te pide.
Abrete, libera tu voz enséñales quién eres, sin trampas.
La única manera de dejar huella es compartir tu verdadera esencia.
Recuerda esto la próxima vez que pienses “tierra trágame”